El arte de amargarse la vida y la banca, atrapados por sus mentiras

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"Llevar una vida amargada lo puede hacer cualquiera, pero amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende”, Paul Watzlawik. Esta frase viene que ni al pelo en la situación actual del sistema financiero español. Todos, absolutamente todos los intervinientes, conocían que se mentía en los datos, que los balances eran papel mojado y que la situación real era mucho más dura y complicada que lo que se quería dar a entender. Lo peor era permitir seguir valorando los activos inmobiliarios a su precio de adquisición o similar, con el fin de no dañar este estado de cosas.

Desde el BdE, las propias entidades financieras y los sucesivos gobiernos de nuestro país han sido perfectos y claros conocedores de esta situación. El problema o la pregunta es clara ¿POR QUÉ NO SE ACTUÓ ANTES?. Personalmente lo he comentado muchas veces en artículos y escritos publicados y sigo manteniendo esta misma contestación: “han actuado con una ceguera consciente y ahora, cuando van saliendo los datos que reflejan parte de esta cruda realidad, nos ponemos las manos en la cabeza y nos preguntamos cómo hemos podido llegar a esto?” Siempre hemos esperado que el tiempo y la situación se regularice por sí sola, como ha pasado otras muchas veces, somos muy dados a dejar que las cosas se solucionen sin actuar sobre ellas.

La morosidad de los promotores esta en el 27%, según datos recientes , todo eso sin contar con las refinanciaciones con carencia que figuran en los balances como operaciones activas y que son operaciones zombis, ( operaciones morosas en riesgo vivo). Son operaciones que, por su importe, no se pueden absorber como morosas en los balances por falta de resultados , renovándose y poniéndolas en activo con una ampliación de más en el capital para poder cubrir los intereses. Con ello la operación está enlatada a la espera que la situación de la entidad y sus resultados puedan absorberla. Hay que tener en cuenta que el sistema financiero calcula lo que puede absorber de morosidad trimestre a trimestre y, en función de estos datos, se renuevan o se pasan a morosos para su amortización las operaciones que cubran esa cifra. Por ejemplo, si hay para contabilizar en morosos por incumplimiento 10MM de euros y los beneficios de la entidad sólo pueden absorber tres millones dejando un margen para el beneficio, el resto se renueva. Es burdo pero es la realidad. Es práctica habitual en las entidades...

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